Siguiendo la propuesta de Nora de reírnos de nosotros mismos y nuestros equívocos, subo por tercera vez esta ilus. No se si es por mi mente podrida o por la mala fama que se han formado las ovejitas, pero supongo que más de uno habrá pensado que el chico debería tener un cigarrillo en la mano en lugar de un libro. Y para colmo, ¡dónde fue a parar la mano libre del personaje! No sé, pero parece que mi osito Bubu también lo mira con cariño. Al fin y al cabo, no deja de ser tierno, ¿no?
3 comentarios:
Ay Lei, qué buena la ilustración, la cara de gozo del hombre y tu sentido del humor!!!
Un besazo!
jaja, Gracias ídola!
Juaa... me acuerdo, pero si no me lo decías, no me daba cuenta.
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